dissabte, 3 de juliol del 2010

Del Castell a Fontetes










He tenido la oportunidad de disfrutar de la audición, pero también del espectáculo, del concierto de verano que l'Agrupació Musical de Cerdanyola organiza cada año en los jardines del Castell.
Hay que destacar el esfuerzo en la organización, la tenacidad y el trabajo de l'Agrupació y de todas aquellas personas e instituciones colaboradoras. Pero también destaco que una noche de verano como la del viernes, bien merecía una actividad como aquella y en aquellos jardines.
Y mientras tanto, en otro lugar de Cerdanyola, en Fontetes, el bullicio alegraba y refrescaba también la noche.
De la mano de las sardanas, de las sevillanas, del rebujito y del pescaito frito, las buenas gente de un barrio que siempre ha sido el mío, volvían como año tras año a compartir un espacio también formidable: la Pineda de Fontetes.
Los jardines del Castell, lugar sobrio y elegante; la Pineda de Fontetes, lugar entrañable y de "jaleo". Ambos espacios de la misma Cerdanyola. La que quiso y fué y la que quiere ser y es.
De los jardines del castell no tengo otros recuerdos de infancia que observar su silueta a lo lejos. Como algo inalcanzable.
De la Pineda de Fontetes se amontonan los recuerdos. Cuando la Pineda era en realidad un merendero; o las veces y veces que después del juego en las idas y venidas del colegio, olvidaba entre sus bancos el imprescindible estuche de colores.
La Pineda fué, ha sido y es lugar de encuentros, de juegos, de ocio.
A principios del siglo pasado para las familias de buena posición que pasaban sus veranos aquí. A partir de los años cincuenta, lugar de recreo de quienes llegaron a esta tierra (como mis padres) intentando labrar una vida mejor para sus hijos, en una España oscura y triste.
Hoy sigue ahí. La Pineda de todos, de la sardana pero también de la sevillana o del baile latino. La de grandes y chicos. La que acoge a gentes de diversos lugares de esta España, que ya tiene luz, pero también a aquellos que llegan de diversas partes del mundo.
Esta es la Pineda de siempre, la de los muchos colores.